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DESDE LAS NUEVE DE LA NOCHE

Doce y media de la noche. El tiempo ha huído, 

desde que a las nueve encendí mi lámpara

y me instalé aquí. 

Me quedé sin leer, sin hablar. 

¿Con quién hablar, solo, en esta casa?

Desde que, a las nueve reavivé mi lámpara, 

la imagen de mi cuerpo joven apareció a mis ojos, 

y la imagen de estancias tibias, perfumadas, 

y de voluptuosidades pasadas.

¡Qué audaces voluptuosidades!

Y volvía a ver calles que ahora han cambiado del todo, 

locales llenos de animación que han dejado de existir, 

teatros y cafés muertos. 

La imagen de mi joven cuerpo apareció

y me trajo también penosos recuerdos; 

duelos de familia, separaciones, sentimientos de los míos, 

voluntades de los muertos, a quienes se hace tan poco caso. 

Doce y media de la noche ¡Cómo huyó el tiempo!

Doce y media de la noche ¡Cómo pasan los años!

Kislings Atelier, 1933. Andrew Kerstesz

 

Constantino P. Cavafis

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