Descripción

La resurrección de Rosita Morales

Marcia Ramos

Irreverente. Fresco. Divertido. Humano. Nostálgico. Como alguien que fué adolescente en los 80’s, esta obra me atrapó de inmediato. Como alguien que ama el humor negro, está obra me enamoró.

Marcia, es un ser amoroso, generoso, creativo, que está consciente de su lado oscuro y lo abraza y plasma a la hora de escribir. Marcia trata temas tabú con una naturalidad maravillosa. Feminicidio, masturbación, pederastia, estupro, aborto, junto con temas como reencarnación, purgatorio, amistad, amor, clarividencia, narcisismo, misoginia, todo rodeado con ese halo de humor, que hace de esta obra una experiencia inolvidable.

Si sabes leer entre letras, esta charla se vuelve un retrato del alma de Marcia, generosa, alegre, amorosa, traviesa, con una enorme fe en la humanidad, esa incansable búsqueda de hallar la bondad y la belleza en todas partes.

 

Extracto de Presentación de Elva Buck

 

Segunda escena

Rosita (se dirige al público): A ustedes los han atacado un grupo de hormigas rojas. ¿No? Las canijas son organizadas, hacen sus propias rutas y trabajan en equipo, cuando hay una caída la rescatan. El dolor de la mordida pasa, pero el recuerdo se queda clavado en el hueco del corazón y cada vez que alguien te ataca, se siente el mismo ardor. Yo creía en el amor, pero también en el poder de estar sola.

No me miren así ya sé que es por el Pedo, pero han pensado que a veces la memoria hace trampas para que podamos sobrevivir a la pesadez de sentirnos neuróticas o locas todo el tiempo. Yo pensaba que solo podía conquistar los celos, pero ahora me doy cuenta que no. Más tarde que nunca. Es que el palpitar del sexo es una cosa muy pesada y se mete en cada neurona hasta sentir. Yo no quería sentir, yo quería ser un principio como la protagonista de Arráncame la vida, la película favorita de mi jefa, pero terminé igual que ella porque el no amor mata. No le echen toda la culpa al Pedo yo ya estaba muerta y en mi caso no fue la música ni las telenovelas como en el caso de mi madre. La revictimización.

Tik tok, las redes sociales, mi barrio, el calor o simplemente aquella mirada del Pedo cuando le dije que ya terminábamos y que yo estaba empoderada. Empoderada mis nalgas dijo mi mamá y ahora entiendo, ustedes ya saben que está de moda hablar del empoderamiento, pero no de la libertad de expresión ni del placer de las mujeres. Sociedad casta, el empoderamiento se trata del poder y de ejercerlo, yo lo que realmente quería era ser autosuficiente. El feminismo tocó mi puerta en clases, pero para entenderlo tenía que compartirlo y nadie quería compartir conmigo. Las leyes a veces se aplican para los que lo tienen y para los que no, se quedan como yo. Ya sé que se están preguntando ¿Los 43? No los he visto todavía, ¿Y las mujeres que según la fiscalía de x lugar se suicidaron y no fueron asesinadas? No sé, quizás aquí tampoco las encuentre.

(Se escucha que tocan en la puerta, Rosita la abre, pero no hay nadie. Se asoma por un hoyo. Del otro lado, ve a Paulina).

Rosita (se dirige al público): Vergas, es la Paulina. Le pusimos así por la chica dorada, es que se pintó los pelos güeros.

Rosita: ¡Paulina! ¡Hey! Voltea mensa. (Se dirige al público). Y volteó.

Paulina: No seas mamón, Jesús, María y José no me quiero morir. Yo sé que nunca les he pedido nada, ni les rezo, pero que no me lleve la muerta.

Rosita: Morra qué traes ahora resulta, “la religiosa” te dicen.

Paulina: Atrás Satán, diosito si me salvas de esta, ya no lo hago por el chiquito, ni por la boca, ni con la pierna.

Rosita: Ora esta, ya bájale, ¿qué andas haciendo allá?

Paulina: Más bien ¿Por qué tú no has cruzado? ¡Sigue la luz!

Rosita: Qué bestia, ni que fuera esos animalitos que vuelan.

Paulina: Ya estás muerta. (Se dirige a público) tengo un don como en El fantasma del amor o Almas perdidas.

Rosita: No sé de qué hablas, pero ya me estás aburriendo.