Doce y media de la noche. El tiempo ha huído,
desde que a las nueve encendí mi lámpara
y me instalé aquí.
Me quedé sin leer, sin hablar.
¿Con quién hablar, solo, en esta casa?
Desde que, a las nueve reavivé mi lámpara,
la imagen de mi cuerpo joven apareció a mis ojos,
y la…