Nómadas contra molinos
Arturo Álvar es poeta que cimbra. Telúrico, devastador, su mundo es el de un hombre abierto al dolor. El sufrimiento parece ser su principal nutriente. Observador agudísimo, sobre todo le afectan detalles que revelan la condición humana en su más escalofriante crudeza. Pero lo que llama aún más la atención, es la redondez de sus poemas. Semejan piezas perfectas de orfebrería. ¿Acaso no aspira a eso un poeta: conmover por el lado de la hondura y del dominio del lenguaje?
–Eusebio Ruvalcaba
Los poemas nómadas
Llegan a vivir los poemas nómadas
tan sólo un momento
en casas de palabras que cayeron
germinando avistamientos de la arena.
Mudan de piel
quemados por un sol desierto.
Apenas pronunciados
no significan ya lo que una voz dijo:
aludes sumergidos por el halo de un respiro.
Boca de cielo abierta
donde va dejando sus ecos dactilares
el tropos infinito.