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Editorial La Tinta del Silencio

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inicioLa nave insólitaCómo cazar al tigre

Cómo cazar al tigre

$150.00

  • Autor: Said Vladimir Ramírez
  • Colección: La nave insólita, núm. 10
  • Año: 2019, Ciudad de México
  • 88 páginas
  • Formato: 11.5 x 17 cm
  • ISBN: 978–607–97919–4–0
  • Género: Cuento

15 disponibles

SKU: 978–607–97919–4–0 Categorías: Cuento, La nave insólita, Narrativa
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Descripción

Los textos reunidos en Cómo cazar al tigre se entrelazan por medio de sus personajes, de modo que un protagonista reaparece más tarde en lo que se comenta en trama ajena. ¿Libro de cuentos o novela? Poco debe de importar qué tipo de obra es la que se tiene en estos momentos entre las manos, lo verdaderamente relevante es que el selvático mundo que Said Vladimir Ramírez construye con palabras es un lugar paradisíaco, henchido de vida, de muerte, de individuos que por sus detalles e historias se quisiera averiguar más de ellos (como el cazador de eras, el errante borracho anodino Aniceto Molinares, que a pesar de los peligros y de no contar con una pierna duerme en la intemperie, o el brujo Melquiades, de quien, a medio camino entre el rumor y la leyenda, se dice que es capaz de cambiar de forma o de transmutar otros cuerpos que no sean el suyo), y de animales dispuestos a llenarse el estómago con lo que se les cruce por el camino, aún con seres humanos

Juan Carlos Gallegos

Fragmentos

Ojos amarillos

¿Quién te dijo lo del manchado? ¿Ah? ¿Quién se atrevería? Uno que sabe cuándo te dicen que estás loco, que no hay razón en tu cabeza, porque ya no puedes pensar que la otra gente es normal. Solamente me trajeron has-ta acá sin decirme mucho, a palazos y echándome agua fría, esa vez que les advertí que el manchado se escondía dentro del pueblo. ¿Por qué se espantan de esas cosas?… Está bien, pues, lo acepto… Soy lo que soy. Lo que importa en la vida es saber reconocerlo, ¿no?

El manchado

Era muy noche cuando llegó una patrulla del ejército a El Responso preguntando por el alcalde. Resonaban disparos de fusil y el aire de aromas naturales se llenó de olores extraños traídos de otras tierras. Los uniformes de la tropa se adherían a sus cuerpos despidiendo un vaho acre de sudores de caballo. La selva se sumió en un silencio inquietante como esperando la lluvia y hasta el viento se refugió en lo más recóndito de la quebrada. Los habitantes, sorprendidos en su sueño, comenzaron a prender antorchas y bajaron hacia el camino como un intermitente enjambre de luciérnagas.

—No queremos lastimar a nadie —habló un sargento—. Tenemos la orden de recoger todas las armas de la región. Al que después se le encuentre con un arma… ¡Se le fusila y listo!

Helena

Cómo vas a llorar, a llorar de veras Helena Rojas, cuando sepas que tu marido ha muerto. Entonces recordarás mi advertencia para que no te cases con Benancio Medina. Recordarás que cuando te lo dije aquella vez, riéndote, bandida, respondiste: mejor, pues, lloraré con un ojo y con el otro estaré guiñándote para que seas mi segundo marido. Pero Helena, vete sabiendo que ya no es broma.

Cuando Benancio y yo te conocimos en la hacienda de Manuel Quiñonez, nos hiciste tus queridos. Atiborrabas nuestros platos hasta el borde, riéndote, diciéndonos, que éramos muy flacos y no aguantaríamos el rudo trabajo de ganarle terreno a la selva y crear los campos de cultivo.

Información adicional

Peso 75 g
Dimensiones 11.5 × 17 cm
Encuadernación

Rústica artesanal

Portada

Impresión en serigrafía, cartulina texturizada

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